lunes, 25 de agosto de 2014

Las Noticias del Verano que Viene.

Castle Rock Pueblo. Obra de Dennis Holloway.

La revista Clave de Sol aparca el presente por un tiempo y se traslada urgentemente al verano de 2015 para contaros lo que sucede.

De repente despertamos esta mañana. El sol ha salido de nuevo para suerte y agradecimiento nuestro. Vivimos en julio, a finales, en julio de dosmil quince. Parece que se ven las mismas personas que el año pasado pero contamos algunas más que se han sumado por edad a esto de que el verano es para disfrutar a la orilla de la playa de día, debajo de la ducha por la tarde y del rock and roll y la cultura por la noche. Estudiantes siguen sin tener claro a qué juegan los ministros de educación. Se hace dificil aún más calcular aún con margen de error el futuro que quieren y que queremos. Se siguen viendo ingenieros buscando trabajo de camareros y planteándose opositar a barrenderos de cualquier ayuntamiento. La economía no crece para nosotros, pero lo que parecía una odisea, la adaptación a "esto es lo que hay" se va implantando. A estas alturas del verano de dosmil quince podemos observar ya, eso sí, una diferencia fundamental. Los lugares del interior que el año pasado perdían su vida en verano la empiezan a recuperar. Los ayuntamientos, que el año pasado los dejaban morir, negando movimientos culturales, conciertos y relegando las manifestaciones libres a simples anécdotas, este año colocan escenarios, reciben a las asociaciones,
colectivos y particulares con inquietudes alternativas y veraniegas también, aunque sea pleno verano. Se reduce la cantidad de "no puede ser, no hay dinero suficiente" y aumentan los "déjame un par de días para que lo consulte y te llamo". Los resultados se comienzan a ver en las calles, en las plazas y en las puertas de los bares y de casi todos los locales que permanecen abiertos al igual que el verano pasado, aún contando pérdidas a diario. Los conciertos abundan conforme pasan los días. Las playas también se siguen llenando con una oferta que da miedo, el rock, la música alternativa, el pelo largo y corto también se mezclan con la gente con tatuajes y con la que no los lleva. La gente de color camina de la mano de la que lo es de uno diferente. Parece que los lugares que el año pasado vendían música vacía y silicona van estando este verano menos "petados". Y en el pueblo parece que vuelve poco a poco la vida de otros veranos muy distantes en el tiempo. No se apagan las bombillas en todo el mes, ni en el siguiente. "God save rock" se aprende a pronunciar e interpretar, que aunque parezca algo fácil cuesta su trabajo. Y huele a cultura, a libro viejo y nuevo, a esperanza, a incienso, y el olor al verano anterior va pasando a ser olor a historia. Tengo la sensación de que los estudiantes de diseño, de ingeniería, de filología y filosofía, de magisterio y todo el resto comienzan a pensar en no dejar de menejar los apuntes con la misma ilusión de hace unos años. Sé que el verano va a terminar, que el de dosmil dieciséis vendrá quizá de nuevo con incertidumbre. Ojalá todo esto se repita. Ojalá esto que escribo no fuesen solo Las Noticias del Verano que Viene.