sábado, 5 de abril de 2014

Otra televisión fue posible. Respuestas musicales.

Música, literatura, televisión. ¿Porqué tanta gente de la que no somos tan jóvenes coincidimos en que nos gusta el rock, el blues, el soul, la fusión? ¿Tiene que ver con los medios que conocimos entonces, cuando éramos niños? ¿Tiena algo que ver la televisión que veíamos? ¿Tendrá algo que ver La Bola de Cristal?

Mucha gente se pregunta hoy por qué la música que escuchan los nilños tiene tan poco que ver con la que escuchábamos los que hoy contamos cuarenta primaveras o más. Nosotros en Clave de Sol 5.3 nos hemos planteado la cuestión mil veces. Es necesario analizar las edades y los contextos en los que cada uno desarrolló su infancia. Sugerimos a veces mirar atás e intentar recordar lo que nos rodeaba cuando teníamos la misma edad que el niño con el que nos vayamos a comparar. En 1984, cuando alguno del equipo teníamos once o doce años, salíamos a jugar por las tardes, después de llegar del colegio y merendar, a la calle, al fútbol, a churro mediamanga, a la piola, y a cualquier cosa que se nos ocurría. Siempre nos cansábamos de uno y siempre encontrábamos otro rápido, pero en la calle, cerca de los abuelos, de los vecinos, en sociedad. En ese año los fines de semana eran muy diferentes. Yo recuerdo los sábados como día mágico, quizá como ahora también, ya con la edad que tenemos, pero entonces sabían a gloria el par de horas que podías aprovechar de sueño. Esos sábados eran especiales, lo fueron para mucha gente que como yo, y nos encontramos ahora en 2014 con la pregunta de por qué han variado los gustos musicales. ¡¡¡Abra Cadabra!!!, y nos levantábamos. ¡¡¡Abra Cadabra!!!, compuesta por Jose María de Mecano e interpretada por Alaska y Dinarama. Y estaba ahí: La Bola de Cristal. Van apareciendo motivos que nos pueden hacer pensar en el cambio de gustos musicales en la infancia transcurridos más de treinta años. Descubrimos a Santiago Auserón cantando "Soy un Electroduende", a Kiko Veneno, a Loquillo, y a muchos más. La oferta de televisión era escasa, pero acordaos de que esto no era un sueño, era La Bola de Cristal, algo que, con el paso del tiempo, hemos terminado por aceptar que nos cambió la forma de ver las cosas poco a poco. Podíamos elegir entre dos canales solamente, la primera y la segunda cadena, pero escuchábamos y veíamos en televisión rock and roll, música fusión, pop, y todo cuanto nos hizo comenzar a amar unos ritmos y unas letras que de tanto escucharlas terminabas entendiendo lo que decían. ahora no se sabe bien la cantidad de canales que tenemos a nuestra disposición, más de quinientos quizá, y los niños escuchan la mayoría lo mismo: Justin Bieber, One Direction, Selena Gómez, y un batiburrillo más de gente, que da la impresión de que tienen comprados los medios. No solo había música y entretenimiento en La Bola de Cristal. Literatura, poesía, buen humor, y campañas directas al corazón y la sensibilidad del espectador. ¿Recordáis Solo no puedes, con amigos Sí? Un canto a la unión, a la comunidad, al esfuerzo que unidos podemos hacer, y a que todo se puede cambiar si remamos en la misma dirección. Un filón para las letras de los músicos que entonces escuchábamos. Desde aquí, desde este año en el que vivimos parece que todo fluía de otra forma entonces. El Librovisor, aquel espacio que ya apostaba por dejar de ver tanto la tele y sustituirla de vez en cuanto por un libro. Spots de publicidad en los que se podían ver a una serie de personajes y que te ponían a comparar con la frase final: "Si no quieres ser como ellos, lee". La Pandilla, La Familia Monster, La Cuarta parte con Javier Gurruchaga. Y más música, más rock. Y van apareciendo las respuestas solas. Cuando nos quisimos dar cuenta una serie de golpes de batería, riffs de guitarra, voces nada comunes y mensajes en las letras, nos habían invadido de tal forma que yo, al menos, estoy convencido de que los gustos musicales son diferentes prácticamente por narices. Brindo con vosotros, por 1984, por La Bola de Cristal, por el Rock, y porque otra televisión fue posible. Y por una canción que era la que a mí más me gustaba. La cantaba La Bruja Avería y se llamaba. Viva la Maldad, Viva el Capital.