jueves, 20 de marzo de 2014

Imposible captar a Léa Nath. Algo más trascendente. Nosotros mismos. La vida.

Lo mismo que el rock, la radio y el papel. Transformación de la realidad en lo más real aún. Vidas a través del objetivo de Léa Nath.


Léa Nath. Fotografía de una realidad más allá
 de nuestros ojos.

Quien lo diría hace más de un siglo. Aún recuerdo la voz de mi bisabuelo diciéndome: ¡¡Niño!!, ¡¡No me enseñes eso, que son cosas de brujería!!. Y ahora creo que tenía razón. Son cosas de brujería. Como también lo es el rock, ¿no?. Recuérdese este artículo. Brujerías, magia. Agradecimientos al inventor de la fotografía, pues a través de ella, hasta los demonios tienen cara. Tardaría más en escribir el nombre de la autora de lo que quiero bautizar como "Retazos de realidad, trozos de vida". La artista es Léa Nath. Y en su nombre menciono también a quien escribe poesía y compone obras maestras musicales a través de un objetivo. Pierde todo el sentido de lo comunmente real una fotografía suya, la realidad de la que os hablo es una realidad que trasciende de cualquier visión física. La fotografía de Léa es algo más. No es un adorno falsamente filosófico, sino algo, no sabría explicar qué, que invita a entrar dentro de los paisajes y sobre todo de los personajes que parece naciesen incrustados en una imagen suya. La fotografía del rock and roll,

la fotografía de lo claro, lo auténtico, de la negación del dominio de lo falso, la realidad de la que os hablo. Seguro que todos hemos visto mil formas de enfocar lo vivo, lo inerte, e incluso lo metafísico, pero hay algo que se expresa más allá incluso de nuestros propios gestos naturales. Se trata de una milésima de segundo, esa que es precisa para retratar una vida, un estado de ánimo que supera la medida del tiempo actual, ese gesto que todos llevamos dentro y que nos cuesta tanto exteriorizar. Parece mentira, parecen asuntos de brujería, y quizá lo sean. Quién sabe. Así como Melquíades en "Cien Años de Soledad" volvió de la muerte porque se aburría mucho, Léa transforma lo que pocos ven en vida, en esa vuelta de lo inerte hacia el suelo que pisamos, hacia las aceras, hacia nosotros mismos. ¿Quién no ha visto en alguna de sus fotos un momento de su vida? Yo os invito a que hurguéis en vuestra propia realidad, quizá hasta en el subconsciente. Y os invito aquí. Quizá sea la mejor forma de explicarle a mi bisabuelo porqué veía cosas de brujería al contemplar en un papel lo que parecía una presencia desde no se sabe qué mundo.