martes, 18 de marzo de 2014

Cuento de Calaveras y Ondas recién nacidas. Sudando Rock and Roll.

Cuado la radio es portal, cuna, alimento y bebida del alma, la música se acerca, a veces da y otras come con nosotros. Cuentos de Calaveras y Ondas.

Skullmanía Banda.
Primera Cama del Loco. Clave de Sol.
Richard Skull
Foto de Verónica Somriu

Una his
toria 
musical. 
Dos pro
yectos
 y un
cami
no. 
Radio,
..Clave 
de 
Sol,... 
Música,...
Skullmanía. Érase una vez un proyecto en el cual un trozo de corazón, otro de pluma y varios de sorpresa bailaban juntos para evitar que sucediese lo mismo que la última vez, que se sucediesen las prisas y los llegares tarde se encargasen por sí solos, sin ayuda de otra consecuencia, de hacer desvanecerse ese otro proyecto que fue. Que fue y fue mucho durante un tiempo en el que los relojes corrían más deprisa que la habilidad de uno mismo para contar los minutos, las horas y los días. Así pudo haber comenzado ese sueño que hoy es una realidad más grande que lo más grande. Y érase también otra montaña trazada en un bloc de dibujos alucinantes, tanto que se llegan a salir y a revolotear más vivos que los propios paisajes en que estaban inspirados.
Tenemos el desarrollo del cuento, de la realidad que parece adoptara formas de expresión que no acertamos a describir. Tenemos el desarrollo, pero vamos a anticipar el final. El final es que ese proyecto y esa motaña dibujada y tan real tienen nombre. El sueño se llama "Clave de Sol" y la montaña anda buscando aún la forma definitiva de la calavera de la vida aunque tiene una colección de otras que que se parecen como gotas de agua. La montaña se llama "Skulllmanía". No puedo evitar trazar esta prosa deseando que se convierta en poesía para hablar de esta relación. Esta relación quizá puede que sea como la relación entre dos amigos, entre dos almas que se entienden. Quizá sea como la música
y los medios de comunicación. Esta relación se llama así, Clave de Sol y Skullmanía. Todo empezó por el principio. Nosotros, por no querer tocar, sino acariciar la posibilidad que se nos presentaba de dar forma a algo que llevabamos llamando materia prima desde hacía tiempo y ellos, creo, que por terminar de lanzar al mar de la comprensión de la música un disco en el que vaciaron gran parte del tarro de sus esencias. La llamada fue inmediata. Oskar, que supuso para mí la sorpresa de lo inesperado, de lo fresco y de un músico más cercano que el contacto, había oído que íbamos a comenzar con un programa nuevo de radio, que él cantaba en un grupo que se llamaba Skullmanía y que si yo quería llamaba a sus compañeros para prestarse a la primera emisión del producto radiofónico. Así fueron pasando los días hasta que llegó septiembre. Llovía, creo. Todo el trabajo estaba hecho, los micrófonos nos esperaban. Un acústico preparado para que sonase en directo aquella noche de miércoles, la primera noche de Clave de Sol. Recuerdo que Alonso insistía en llevar también el piano. Yo no sabía como lo íbamos a hacer entrar, no por la puerta si no por el micrófono. El piano entró sin dificultar por los dos lugares. Una afinación diferente recorrió durante más de diez minutos el estudio. El instrumento estaba afinado en Ro Mayor. Charlie había creado una nota nueva. Soler no había podido llegar y a Richard el trabajo también se lo impidió, pero Oskar al que al borde de terminar dábamos por perdido para aquel programa debut de Clave de Sol, llegó. Irrumpió en la sala, y cantó junto al piano de Charlie, una canción detrás de otra. Y cómo cantó. Solo en la Oscuridad y Bajo tus Nubes de Alquitrán. Había mucha gente en el estudio aquel día, pero todos terminaron el trabajo a la vez, todos prestaban oídos a la desgarradora voz de Oskar. Ahora los caminos son diferentes. Soler y Oskar no están en la banda. Soler pule un proyecto nuevo lleno de sorpresas y Oskar sigue agrandando su figura con Alien Z. Skullmanía sigue: Charlie, Richard y Alonso en la brecha skullmaníaca, y Carlos Morris, una voz mítica en el Metal de Cartagena, les
acompaña en su periplo que está a punto de salir de los estudios para comenzar el mismo camino que "Renacer es Amanecer en la Oscuridad". Para ver la luz con la esperanza de que lo Nuevo, lo Fresco y lo Propio no desaparezca nunca. Clave de Sol nació entonces, y ahora con el paso de tres años, casi cuatro, seguimos pensando que nació muy bien. Skullmanía nos bautizaron. Este artículo se podría considerar la segunda entrega de la defensa de la música murciana. Podría representar la voz del metal, del rock más profundo, pero preferimos comenzar otro día y que esto sirva como una forma más de dar las gracias a todos y cada uno de los músicos murcianos, andaluces, vascos, valencianos, madrileños, del resto de la geografía española y de todo el mund
o por extensión. Clave de Sol os desea que nunca, nunca perdáis la pasión, porque cree y ve que todo esto no deja de ser cada día como era al principio del cuento: Nuevo, Fresco y Propio.