sábado, 29 de marzo de 2014

Todo está enlazado. Desde Zorrila al Rock.

Por si aún queda alguien que duda de que hay cosas que no se pueden encadenar, esta noche me he empeñado en desmadejar esos hilos y demostrarme a mí mismo que nada es posible. Llevo unos días en los que el teatro ha vuelto a llamar a mi puerta. No tengo ningún proyecto ni obra que representar. pero ahí está, como un padre, como un amigo, como un amante-amigo. También en mi afán de unir, con el ánimo de que ningún artículo pierda la conexión con la música, la poesía, la protesta y todo lo que Clave de Sol representa, acabo de crear quizá algo ridículo, pero a mí no me lo parece. Comienza así un pasaje de El Tenorio de Zorrilla:

De la guerra y del amor antigua y clásica tierra, y en ella emperador,  con ella y con Francia en guerra, díjeme: "¿Dónde mejor? Donde hay soldados hay juego, hay pendencias y amoríos. "Di, pues, sobre Italia luego,  buscando a sangre y a fuego amores y desafíos. En Roma, a mi apuesta fiel, fijé, entre hostil y amatorio, en mi puerta este cartel: "Aquí está Don Juan Tenorio para quien quiera algo de él."
Cualquiera puede pensar, incluso yo a ratos lo hago, en la relación de D. Juan con la música.
Claro que la tiene, es la poesía música, y el teatro también. Es métrica y entonación, incluso rock and roll si me apuro. Pienso por un momento en una entrada a base de teclado y bajo y hasta puedo oír la voz como empieza rasgada a recitar. Una tragedia hecha rock. 

Soltemos a Zorrilla y corramos hacia atrás, vamos a visitar a El Arcipreste de Hita, porque quizá hallemos alguna balada con la que podamos crear una canción de autor, una protesta personal y hacia la condición humana. Algo que hable sobre la avaricia, el egoismo y tantas otras mentiras producidas por el miedo, que es al fin y al cabo el dueño de todo.

"Tú eres avarizia, eres escaso mucho; al tomar te alegras, el dar non lo as ducho;
non te fartaría Duero con el su aguaducho; 
sienpre me fallo mal cada que te escucho."

En castellano antiguo, casi lenguaje bíblico, pero con una sola guitarra y a base de arpegios se le podría estar ladrando a base de voz a cualquier ladrón, político, banquero, estafador, de los que matan al obrero, de los que roban la pensión de nuestras madres y nuestras abuelas, porque eso es al final lo que están haciendo. De "El Libro del Buen Amor".

Por no cambiar el hilo argumental viajamos de nuevo en el tiempo. Desde los tiempos de El Arcipreste a la Italia post Mussolini, a una situación tan parecida a la que nos invade ahora que cualquiera diría que "Aquí no Paga Nadie" se escribió ayer en un barrio o pueblo asfixiado por este sistema vil.

"Entonces una mujer dijo: ¡Ya está bien! ¡Ahora los precios los fijamos nosotras!, ¡Y pagamos lo mismo que el año pasado!, y como os pongáis chulos hacemos la compra gratis. ¿Está claro?, ¡pues no se hable más! "Si hubieras visto al director, ¡Se puso blanco como una sábana!. "¡Estáis locas, voy a llamar a la policía!" DARÍO FO: "Aquí no Paga Nadie"

Tal vez viendo la respuesta de las mujeres respondiendo a una repentina subida del IVA en un supermercado nos pueda llevar a pensar en letras punks y nos entren ganas de coger un micrófono, de distorsionar una guitarra eléctrica y gritar sin control: "Vaya mierda de país"

Pero si acabamos el viaje con una ópera rock, por ejemplo, estamos cerrando casi el circulo de la conexión pretendida. Siempre nos quedará la religión, esa mal entendida, esa que adoctrina, que aborrega. No, la otra no, la que abre fronteras de dignidad y se entrega al prójimo como cualquier laico de andar por casa. Esa no. La otra. Esa que aprovechando la libre interpretación de cualquier escrito ve en Jesucristo Superstar la tragedia de la pasión de Cristo. Y los otros, que vemos en el grito desesperado del protagonista precisamente la negación a una muerte injusta y de un Dios que castiga. No hace falta aquí imaginar el instrumento ni la musicalidad que le queramos dar. Solo dejarse llevar. Hemos dado con el rock and roll. A partir de aquí todo es más fácil. Tanto que lo tenemos al alcance de un click. Lo tenemos tan sencillo que podríamos tomar café una mañana de estas con Zorrilla, El arcipreste, con Darío Fo, y hasta con el mismo Jesús. Amén.

Yo quiero ver, yo quiero ver, Mi Dios. 
Quiero saber, quiero saber, Señor. 
Si he de morir
dime si es por qué he de ser mejor de lo que fui. 
Dime si mi vida con la muerte he de cumplir.