lunes, 17 de marzo de 2014

Foo Fighteres y Pink Floyd. Fusiones imaginables. Música para repetir.

Pink Floyd compartieron escenario hace dos años con Foo Figters. Toda una demostración de que no todo está visto ni oído. Desde The Wall hasta Wasting Light, último trabajo de la banda de Dave Krholl.

Por mucho que creamos que nos hemos sorprendido hasta el momento, estoy convencido que el final de lo nuevo, de lo que uno no espera ya más cada día, está más lejos. De esto hace ya más de dos años, pero sorprendía Dave Grohll, exbatería de Nirvana en un escenario junto a Roger Waters. Una noche de música, la que unió a estros dos monstruos sobre las tablas. El motivo era la reedición de todos los álbumes de estudio de Pink Floyd. Son Foo Fighters los elegidos. Rabia, calidad y un todo que dota del equilibrio suficiente para seguir por muchos años. Y claro que lo hicieron. La revolución del rock sinfónico, electrónico con los riffs y la voz potente de Foo Fighters. Una banda que había versionado desde The Beatles hasta los mismos, y con los que actuaban esa noche, Pink Floyd, enfrentada a más de la mitad de su destino. Rock alternativo con letras mayúsculas junto a lo que no tiene nombre, a lo que un día se hizo merecedor del respeto del munco. Ese día fue para muchos su concierto en Berlin  para celebrar la caída del muro de la vergüenza. Y ese día fue también el día enque abrieron los ojos a los sonidos profundos, a la improvisación virtual de los ecos electrónicos que Roger Waters llevaba explotando años. En este caso cuando hablámos de explotación no lo hacemos para afirmar la sobreexplotación de un estilo. En este caso hablamos de la capacidad innata de, partiendo de la misma materia prima, ser capaz de crear melodías diferentes pero con su sello inconfundible. Una propuesta que bien se podría catalogar de post-grunge, pero que ha conseguido sobrevivir a las diferentes tormentas de la industria musical de estos años, largos años desde 1994. Desde ese año ocho discos contemplan una carrera que quizá dure más de lo que  podamos imaginar. Siempre es positivo reinventarse. El el momento en que Crohll decidió salir al universo rescatando antiguas composiciones que Nirvana no incluyó en ningún disco por alejarse, según ellos de su estilo, en ese preciso instante quizá se estaba gestando la noche en la que, junto a Pink Floyd escribirían una página más para la larga lista de fusiones imprescindibles.