Novelas que suenan como la misma música. Como el rock.
La heroína Vina Apsara "un nombre demasiado bonito para este mundo", una cantante de rock de voz bestial, salvaje, indomable y abrumadoramente irresistible, una ninfa india, un cisne, muere en un terremoto. Este es el brillante comienzo de "El Cielo Bajo sus Pies", una novela del polémico autor de "Los Versos Satánicos" en la que nos cuenta en primera persona a través del compañero de viajes y amante ocasional de Vina, que resulta la protagonista, la historia en ambiente musical de los personajes que la rodean, entre ellos Ormus Cama, un muchacho al que su hermano muerto le dicta las canciones que se harán famosas a corto plazo. Una novela en la que el rock y el realismo mágico heredado de García Márquez nos elevan a un olimpo personal en el lque Rushdie consigue confundirnos a través de la afirmación y la posible puesta en duda en el capítulo siguiente, como un escribir y emborronar, un recurso literario que prácticamente tiene su firma. Ormus escucha las canciones famosas antes que nadie, en concreto "dos años, ocho meses y veintiocho días antes que nadie". Una novela redonda, quizá a priori demadiado larga, pero nada más lejos de la realidad. El autor desarrolla el vivir y el transcurrir de Vina, De Ormus, que además de recibir los chivatazos en forma de números de lotería adelantados del rock del futuro próximo, vive por y para ella y que toca la guitarra metido en una burbuja de cristal. Cada momento de la narración es una introspección de la vida y los pequeñísimos detalles que componen la vida de los grandes genios. "El día de San Valentín de 1989, último día en su vida, Vina Aspara, la legandaria cantante popular, se despertó sollozando porque había soñado con un sacrificio humanno en el que ella era la víctima prevista". Este es el comienzo textual de "El Cielo bajo sus Pies". Terremotos que manejan el mundo y que son la forma en que la tierra nos castiga por los errores y crímenes cometidos. El mundo del relato en forma de analogías con la vida y la muerte de esos poetas malditos y no tanto, de las vidas y las muertes de los músicos de rock, amores completamente inestables, muchos mundos paralelos, radios fm, corrupción, dioses y el mito de Orfeo. Accidentes, muertes y sus correspondientes resurrecciones, fantasmas, drogas, viajes a otras realidades, y música, esa que sale de las palabras y que controla y domina el universo, refiriéndose a ella en el libro como (",..al principio, la música es lo único a lo que puede agarrarse...). Como el rock and roll, entretenimiento, crítica y una visión septentrional de la atmósfera pintoresca y profunda de sus creadores, y sobre todo música; la música que sale de las mismas palabras, la música que por un momento parece dominar al mundo (por lo menos a la parte del mundo propio de cada personaje), la música que cautiva audiencias, que excita como la mejor drogas, como la amante más lujuriosa ("...al principio, la música es lo único a que puede agarrarse..."), y el mismo vacío que se siente cuando se acaba de escuchar un disco, o leer un libro, la nostalgia de saber que algo se acaba de ir para no volver ya nunca con la misma intensidad de la primera vez, quizá con más matices aprendidos. Y una lección de como valorar lo que tenemos y donde lo tenemos. Está ni más ni menos que como el suelo: bajo nuestros pies.